Apuntes para el verano
Escritura mental, lugares que me gustan y una novedad para septiembre.
¡Hola!
Me apetece pasarme por aquí en esta temporada de verano en el hemisferio norte (¿se te ocurre mejor momento para tomar un café con hielo que el caluroso estío mediterráneo?) para compartir algunas reflexiones y cosas que he ido pensando a lo largo de estos meses.
Me gusta escribir. Escribo como terapia. Como vía de escape y como forma de canalizar mi energía. Hago journaling mucho antes de saber qué era eso. Escribo en papel pero también en las notas del móvil, el ordenador y sobre todo, mentalmente. Hace 2 años y medio que escribo mentalmente páginas y páginas de mi diario personal. Una mezcla de tinta, leche, sangre y sudor. Palabras formadas a partir de fluidos corporales, que en mi cabeza se apelotonan pidiendo paso. Verbos, nombres, adverbios y adjetivos se mezclan, se ordenan y forman frases, siempre en gerundio, siempre efímeras. Inicios de historias, finales que me gustan, frases que me parecen brillantes durante unos momentos. Durante estos casi 28 meses he rellenado infinitas páginas en mi cabeza mientras mecía el carrito de mi hija, la acunaba o la amamantaba. Como esas fotos que haces mentalmente pero que nunca se traducirán en luz y megapíxeles. ¿Dónde quedan todos esos recuerdos al pasar el tiempo?
Hoy, café con hielo en mano en una taza de desayuno que tiene el mensaje de Mar Menor ¡Vivo!, con el dibujo de un caballito de mar agonizante me siento a intentar poner algo de orden a mis ideas. De fondo oigo el ruido de una obra, así que me he puesto este disco en bucle. Cape Verde. Official Putumayo Version.
Una de las cosas que han marcado una diferencia en mi salud mental estos últimos meses ha sido habilitar una pequeña habitación en casa como espacio de trabajo. En esta vida nómada donde estoy (estamos) siempre en movimiento entre Lorca, Madrid y donde vaya surgiendo, el tener un sitio donde poner mis cosas, un estante donde colocar mis papeles y libros y una mesa grande me da paz mental, y de eso necesito mucho. La habitación propia de Virginia Woolf.
Lo otro es hacer limpieza y desprenderme de cosas que voy acumulando, que no me representan o que ya no me dicen nada pero que siguen ocupando un lugar (físico y mental). Aquí me queda trabajo que hacer todavía (hola armario, sé que estás ahí) pero me encanta la sensación de libertad que me da hacer hueco para que pueda entrar aire fresco.
Estos días me viene a la cabeza el recuerdo de mi abuelo diciendo eso de “en época de melones, que sean cortos los sermones” mientras esperaba fuera de la iglesia. Es el momento de vacaciones, escapadas y aire acondicionado, de libros gordos para la siesta, de sofá y subidas al Tourmalet de fondo mientras afuera arden las calles.
Es la época de sacar tiempo para esas cosas que siempre me han apetecido hacer: dibujar, hacer manualidades, retomar ese libro que tengo a medias o volver a estudiar francés. Da igual, total no tengo nada que perder. Por eso me permito compartir por aquí mis propuestas para estos días, por si sirven de inspiración para alguien. Y si no, tampoco pasa nada.
No sé si te lo he contado, pero me gusta hacer el café con canela y cardamomo, o con canela y anís verde. En una cafetera de filtro de las de toda la vida. Suave. Hace años en Brasil, un amigo me enseñó a prepararlo así y desde entonces se ha convertido en una seña de identidad en casa. Si te animas, pruébalo y me cuentas.
Lecturas de verano
Siendo realista, no tengo tiempo para leer tanto como quisiera, pero en junio pasé por la Feria del Libro de Madrid y obviamente, acabé cayendo en la tentación. Acabo de terminar Homo Viator de Pepe Pérez-Muelas (amantes de los mapas, los viajes y viajeros y la historia en general, ¡no os lo perdáis), y me espera La Sed de Virginia Mendoza.
Aparte, en mayo organizamos un taller desde Espacio Late en Madrid con Mónica Ojeda, Leila Guerriero y Martin Caparrós, y tengo a medias Chamanes Eléctricos en la fiesta del Sol.
Novedades
Te estoy hablando de Espacio Late, y esta es la novedad: estamos creando un espacio muy especial en el centro de Madrid. Café de especialidad (y tés, cervezas y vino), librería de no-ficción, talleres de periodismo y mucho más que iremos contando poco a poco.
En estos momentos estamos en obras con la idea de abrir después del verano, así que te invito a seguir en redes @espaciolate para estar al tanto de todo lo que organicemos. Y si te apetece pasarte, estamos en C/ San Hermenegildo 5, por la zona de Conde Duque y Malasaña. Ve reservando fechas, porque va a merecer la pena.
Mi lugar favorito en el mundo
En esta época en que todo es instagrameable y viral, no voy a compartir mi lugar favorito, porque aspiro a que siga siendo eso: un pequeño refugio donde cargar pilas y disfrutar de la naturaleza. Con gente pero la justa, no quiero que se masifique ni se llene de postureo, que sinceramente me da mucha pereza. Sí que te comparto algunos lugares que por distintas razones me gustan mucho.
Sierra de Almenara, Moreras y Cabo Cope. Situada en el sureste español, en los municipios de Lorca, Mazarrón y Águilas. Todavía tiene rincones donde a mediodía solo se oye el canto de las chicharras y la sombra se cuela entre las ramas. Si cierro los ojos, es lo más parecido a un viaje en el tiempo: de repente vuelvo a tener 11 años y un verano eterno por delante.
Aguilar de Campoo. El pueblo de las galletas o el que me sirvió para poner a Palencia en el mapa. De esos lugares donde cuando se rozan los 30 grados los vecinos empiezan a quejarse de que “hace mucho calor”.
Valle del Lozoya. Perfecto para huir del calor madrileño, cuando sientes que la tensión la tienes por los tobillos y que las tardes de sol se hacen eternas. En general toda la sierra de Guadarrama, sobre todo la parte norte. El color (y olor) de los pinos de Valsaín es simplemente maravilloso.
Observatorio astronómico Cabezo de la Jara. Está en Puerto Lumbreras, y me da vergüenza reconocer que no he ido nunca. Pero el plan de ver estrellas en una noche de verano me parece muy apetecible, así que lo apunto como una de las cosas que me gustaría hacer estos meses.
PD. Este verano queremos estar por el festival En Clave de Agua en Soria. Si has ido o quieres hacerme alguna recomendación de sitios para ver por allí cerca, ¡escríbeme! No conozco nada de Soria y me apetece mucho conocer toda esa zona.
Postales
Sigo anclada en esa analógica costumbre del siglo XX de enviar postales físicas y escritas a mano. Me gusta la sorpresa de abrir el buzón y encontrar ese trozo de cartón escrito. Este verano seguiré con mi rutina de comprar postales y enviarlas por correo a los amigos. Si te apetece que te envíe alguna, escríbeme con tus datos y te prometo sacar un rato para hacértela llegar, no importa el lugar.
Sin más, me despido hasta el próximo café con hielo. Póntelo fácil estos días y disfruta de eso que te hace feliz. Que te hacer ser más tú. Sea lo que sea.
Un abrazo fuerte,
R.
Muchas ganas de conocer café Late! Te mando un abrazo fuerte